viernes, 18 de septiembre de 2015

Auto-disolución de la organización político-militar dicha MIL


Agosto 1973 – Se reúne el Congreso del MIL aprobando su auto-disolución como medida previa a la creación y consolidación de una nueva organización de combate: los GAC Transcribimos íntegramente el texto resolutivo de dicho congreso publicado en el número 2 de CIA

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Auto-disolución de la organización político-militar dicha MIL(CIA Nº 2)

Congreso 1973:

AUTO-DISOLUCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICO-MILITAR DICHA MIL

Tras el fracaso de la revolución internacional de 1848 y a partir de la ideologización de su teoría, se preveía para fines de siglo la imposibilidad del sistema del Capital para reproducirse.

De acuerdo con dicha teoría, los órganos soberanos de la lucha de clases y de la revolución socialista eran dos:

* los sindicatos reformistas * los partidos reformistas al mando de dichos sindicatos y aplicando en su nombre una práctica política de participación en el parlamente burgués.

Pero en realidad, el reformismo (partidos y sindicatos), sólo servía para reforzar la subsistencia del sistema.

A principios de siglo pudo constatarse que el Capital se reproducía -contra la previsión de los teóricos del Movimiento obrero- y que por consiguiente:

* el reformismo era totalmente incapaz de eliminar el sistema de Capital mediante la sola dinámica del problema de su reproducción (crisis del sistema capitalista: Bélgica 1904, Rusia 1905, Bélgica 1906, teorización de la huelga salvaje por la Izquierda Alemana, estallido de la guerra imperialista 1914-1918, Rusia 1917, Alemania 1918-1919, Hungría 1919, Italia 1920, fascismos, crisis del 29, etc…) * quedaba así claro que ni partidos parlamentarios ni sindicatos reformistas eran los órganos de la revolución social sino tan sólo de la contrarrevolución del Capital (Alemania 1919, Hungría 1919, Rusia 1921, etc…)

La revolución socialista sólo es frenada por partidos parlamentarios y sindicatos reformistas, y además se ve impuesta –con o sin reproducción del Capital- una práctica anti-reformista, es decir, partidaria en su acción del anti-parlamentarismo y de la organización de clase (sindicalismo revolucionario, barricadas, terrorismo, consejos obreros, etc…).

Después de las consecuencias últimas de la Crisis Mundial (fascismos, crack del 29, guerra inter-imperialista 1939-1945, reconstrucción de las [sic] post-guerra, posibilitar con ello una nueva reconstrucción del Capital en tan críticos momentos hasta la siguiente crisis de la reproducción del Capital, etc…), después de ver limitados los objetivos de lucha anticapitalista a sólo los de lucha antifascista, se plantea de nuevo no sólo la necesidad urgente del anti-parlamentarismo y de la organización de clase, sino de pasar así de los objetivos puramente antifascistas a los objetivos del Movimiento Comunista, que en su fase de flujo es la revolución Internacional.

Por ello, podemos decir que desde la mitad de los años 60 la Revolución Mundial se impone. Vemos este resurgir revolucionario:

* Mayo 68 en Francia y grandes e importantes huelgas en Italia 69, en la que los sindicatos fueron superados; * En Bélgica, los mineros de Limburgo 69 atacan violentamente los Sindicatos en el curso de una huelga sin precedentes. * Ola de huelgas en Polonia 70-71, en la que los burócratas del Partido Comunista son juzgados y ahorcados. * París 71 importantes huelgas obreras en la Renault y expropiaciones en el Barrio Latino. * Motines en numerosas cárceles en USA, Italia y Francia 72-73, y huelga de mineros y dockers enfrentándose con los poderosos sindicatos ingleses, y revueltas generalizadas, guettos de USA, Japón, etc…

Durante este tiempo, innumerables huelgas salvajes irrumpieron en Europa y América, ganando todos los puntos del globo. Son considerables a nivel mundial las manifestaciones (absentismo en las empresas, sabotaje del proceso de producción, etc.) de la reaparición del proletariado en la escena de la violencia de clase.

En España, las huelgas salvajes y las manifestaciones de rebelión latente se han dejado sentir con toda su fuerza. Desde la destrucción física y moral del proletariado español por el Capitalismo internacional en la guerra civil (1936-1939), la combatividad obrera había llegado a puntos tan elevados:

- 62-65: Creación de Comisiones Obreras a partir de las huelgas salvajes en las minas de Asturias, ataque a la comisaría de Mieres, huelga en transportes y metalúrgicos de Barcelona etc…

- 66-68: Entrismo de todos los partidos y organizaciones tradicionales en Comisiones Obreras, así como tentativa de introducirse en la CNS a partir de ellas e implantar una línea reformista dentro de CC.OO

- 68-70: El Mayo francés y el otoño caliente Italiano con todo su producto grupuscular hacen entrada en el movimiento obrero español con el confucionismo ideológico, recogiendo así su tajada del mismo. Disputas burocráticas en el seno de las CC.OO, escisiones grupusculares, etc.

- 70-73: Grandes luchas proletarias en toda España: Erandio, Granada, Harry-Walker, SEAT, Ferrol, Vigo, Vallès, San Adrián del Besós, Navarra, etc., donde –de forma suscinta [sic]- se rechaza todo control jerárquico sobre la lucha, concretándose en quema de octavillas, expulsión de militantes grupusculares en las Asambleas obreras y violencia generalizada, etc.

El MIL es producto de la historia de la lucha de clases de estos últimos años. Su aparición va unida a las grandes luchas proletarias desmitificadoras de las burocracias –reformistas o grupusculares- que quería integrar esta lucha a su programa de “partido”.

Nace como grupo específico de apoyo a las luchas y fracciones del movimiento obrero más radical de Barcelona. Tiene presente en todo momento la necesidad de apoyar la lucha proletaria y su apoyo como grupo específico es material, de agitación, de propaganda, mediante el acto y la palabra.

En Abril de 1970 el MIL desarrolla una crítica abierta a todas las líneas reformistas e izquierdistas (“EL MOVIMIENTO OBRERO EN BARCELONA”). En este mismo año se desarrolla un trabajo sobre la crítica al leninismo (“REVOLUCIÓN HASTA EL FIN”). Su crítica al dirigismo, grupusculismo, autoritarismo, etc. le lleva en aquel momento a romper con las organizaciones de base que querían apoderarse de las luchas y experiencias llevadas a cabo en común –como la de Harry Walker-, y así grupusculizarse. El MIL a partir del aislamiento político y para su supervivencia político-militar, pasa a tomar compromisos políticos con grupos militares: por ejemplo, con los nacionalistas, que en aquel momento eran los únicos que aceptaban pasar a la lucha armada. Tales compromisos forzados por el aislamiento del grupo, llevaron a olvidar sus perspectivas anteriores.

No hay práctica comunista posible sin lucha sistemática contra el movimiento obrero tradicional y sus aliados. Inversamente, no hay acción eficaz contra ellos si no hay comprensión clara de su función contrarrevolucionaria. Hasta ahora todas las estrategias revolucionarias han tratado de explotar las diversas dificultades encontradas por la burguesía en su gestión del Capital. Cuando han derribado a burguesías débiles, han organizado el capitalismo. Si las burguesías eran fuertes, se han condenado a la miseria. Y es hoy el proletariado quien rechaza estas estrategias e impone la suya: la destrucción del capitalismo, negándose a sí misma como clase. Hoy, la clase obrera ataca al Capital en todas sus manifestaciones de explotación: encuadramiento, autoritarismo, explotación, etc… La única forma posible de acción es la violencia revolucionaria mediante el acto y la palabra.

Sus fracciones más avanzadas se organizan para tareas concretas revolucionarias tanto en fábricas como en los barrios: contra la CNS, contra las CC.OO burocratizadas y reformistas, contra el PCE y los grupúsculos más diversos, situándolos al mismo nivel que los actuales gestores del Capital (la burguesía). La consolidación de la lucha revolucionaria de la clase obrera es la auto-organización en los lugares de trabajo, mediante comités de fábrica, de barrio, y a través de la coordinación y generalización de la lucha aplicando la línea de lucha de clases, la línea comunista. La práctica del MIL va unida pues al desarrollo del Movimiento Comunista formando parte de él. Por ello se propone atacar toda clase de mistificaciones.

La sociedad actual tiene sus leyes, su Justicia, sus Guardianes, sus Jueces, sus Tribunales, sus Prisiones, sus Delitos, su “Normalidad”. Frente a ello, aparecen una serie de órganos políticos (partidos y sindicatos, reformismo e izquierdismo,…), que fingen contrarrestar esta situación cuando en realidad no hacen otra cosa que consolidar la sociedad actual. La justicia en la calle no es más que denunciar y atacar todas las mistificaciones de la actual sociedad (partidos, sindicatos, reformismo, izquierdismo, leyes, justicia, guardianes, jueces, tribunales, prisiones, delitos, es decir, su “normalidad”).

El rechace de este conformismo en la acción práctica lleva de hecho a la constitución de asociaciones de revolucionarios, individual o colectivamente.

Una asociación de revolucionarios es la que lleva hasta sus últimas consecuencias una crítica unitaria del mundo. Por crítica unitaria entendemos la crítica global contra todas las zonas geográficas donde se instalan las diferentes formas de separación socio-económica y también pronunciada contra todos los aspectos de la vida.

No va hacia la simple auto-gestión del mundo actual por las masas sino hacia su transformación ininterrumpida, la descolonización de la vida cotidiana, la crítica radical de la economía política, la destrucción y superación de la mercancía y del trabajo asalariado. Tal asociación rechaza toda reproducción en ella misma de las condiciones jerárquicas del mundo dominante. La crítica a las ideologías revolucionarias no es otra cosa que el desenmascaramiento de los nuevos especialistas de la revolución, de las nuevas teorías que se sitúan por encima del proletariado.

El “izquierdismo” no es más que la extrema izquierda del programa del Capital. Su moral revolucionaria, su voluntarismo, su militantismo, no son otra cosa que productos de esta situación. Van encaminados a comprobar y dirigir la lucha de la clase obrera. Así toda acción que no lleve una perspectiva de crítica y rechace total del Capitalismo, queda dentro del mismo y es recuperada por él. Hoy día, hablar de obrerismo y militantismo, y llevarlo a la práctica es querer evitar el paso al comunismo.

Hablar de acción armada y de preparación de la insurrección es lo mismo: hoy día no es válido hablar de organización político-militar; tales organizaciones forman parte del “racket” político-militar y sus miembros se disponen a asumir la profundización comunista del movimiento social.

Conclusiones definitivas del Congreso de MIL

Agosto 1973

19.1 Post-data:

El terrorismo y el sabotaje son armas actualmente utilizables por todo revolucionario. Terrorismo mediante la palabra y el acto. Atacar al Capital y a sus fieles guardianes –sean de derechas o de izquierdas- tal es el sentido actual de los GRUPOS AUTÓNOMOS DE COMBATE que han roto con todo el viejo movimiento obrero y promueven unos criterios de acción precisos. La organización es la organización de tareas, es por ello que los grupos de base se coordinan para la acción. A partir de tales constataciones, la organización, la política, el militantismo, el moralismo, los mártires, las siglas, nuestra propia etiqueta, han pasado al viejo mundo.

Así pues, cada individuo tomará –como queda dicho- sus responsabilidades personales en la lucha revolucionaria. No hay individuos que se auto-disuelven, es la organización político-militar MIL que se auto-disuelve: es el paso a la historia lo que nos hace dejar definitivamente la prehistoria de la lucha de clases

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